Escrito por
Celebraciones
– Autor: Evaristo Villar –
ANÁFORA DE PENTECOSTÉS
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TEXTOS PARA LAS LECTURAS
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ORACIÓN DE LA COMUNIDAD
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1. PREÁMBULO Intervienen en la celebración: Presidente (Pr) , Familia (padre , p; madre, m; hija mayor, h1; hijo segundo, h2; hijo tercero, h3; hija menor, h4), Acompañantes (a1, a2, a3,); Narrador/a, n; Equipo musical, em; Lectores (l1, l2, l3, l4). ¿Qué has hecho de tus hermanos y hermanas? (n)La Plaza Mayor se iba llenando de curiosos en esa apacible mañana de primavera. Con la mochila repleta de libros a la espalda y el sueño aún pegado a los ojos, los niños cruzaban la plaza silenciosos camino del cole. El ruido del tráfico iba subiendo por momentos en las calles de la ciudad, mientras algunos barrenderos, de amarillo y verde, vuelcan en su carrito los últimos desperdicios del fin de semana. Entre los arbustos del jardín el ruiseñor despliega aun su última melodía. Juan y Lola son una pareja madrileña feliz. Lola trabaja de enfermera en el Clínico y Juan es mecánico en Metro Sur. Con dedicación y esfuerzo, y algunas horas extraordinarias, han conseguido, durante los treinta años de su unión, situarse en ese sector de clase media donde no se pasan grandes agobios. Han puesto, además, mucho esmero en la educación y crianza de sus cuatro hijos que han crecido sanos y alegres en un barrio de la periferia, donde aún se podía jugar en la calle. Deseosos de gozar de unos días de descanso y aprovechando las jornadas que aún le quedan de vacación, los padres deciden un buen día emprender un largo viaje. 2. GESTO PENITENCIAL Mientras se van apagando los últimos sonidos de la música de Schubert, sube al ambón de la parte izquierda del altar el presidente. Este se dirige a la asamblea del siguiente modo: Pr. Ya lo hemos oído. La voz del Maestro nos convoca y nos provoca. “Quien tenga oídos para oír, que oiga”. No todos y todas estamos en la piel de Pablo, es verdad, pero ¿quién puede estar seguro de tener el corazón y las manos limpias? El dolor de los sometidos y excluidos nos juzga. Condena nuestro tren de vida montado sobre la explotación y el dolor de los pobres. Nuestro mayor bienestar se levanta sobre su ruina y malestar. Hace ya tiempo que hemos dejado de ser hermanos y hermanas en la misma humanidad. Y, quizás, hasta estamos ya perdiendo la necesidad de cambiar. Toda la familia. Nos impresionan, Señor, tus palabras y nos avergüenza lo que estamos haciendo. Hoy queremos arrepentirnos. Aunque no sepamos muy bien cómo hacerlo, de una cosa sí que estamos seguros: ¡De que queremos cambiar! Queremos ser unas personas y unas comunidades con las que nunca se pueda contar para aumentar el dolor de los demás. Y desde ahora mismo nos sumamos a esa otra humanidad que se muestra respetuosa y acogedora con los y las diferentes, sometidos y excluidos. Toda la familia baja y se queda en el banco donde ha dejado el cartel y la vela de color. Se queda sólo el presidente. Pr. Si esta disposición es cierta, nos ponemos de pie para expresar en voz alta nuestro mayor pecado: Dios nos ha proyectado para crear un mundo múltiple y variado en paz y nosotros y nosotras lo hemos convertido en un mundo roto y en guerra. Expresemos también nuestros deseos de cambio y la esperanza que tenemos de alcanzar el perdón de Dios. Tres lectores, que salen desde la asamblea, hacen tres peticiones de perdón, desde el ambón de la derecha -contra la exclusión de los diferentes (l1), contra la exclusión de la mujer (l2), contra la aceptación natural de las clases (l3)- a lo que la asamblea contesta con el canto «Perdón, Señor, perdón» L1. Un mundo roto entre las razas. Hay razas malditas y razas que viven de la explotación. Por eso tantos hombres y mujeres tienen que emigrar y hemos olvidado que el mundo se nos dio para que fuera el hogar de todos. Y esto es culpa nuestra. PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN (canto) L2. Un mundo roto entre los géneros. La mitad de la humanidad está condenada a ser la servidora de la otra mitad. Quien nace mujer está maldita porque añade a todos su problemas el ser menos. Y eso es culpa nuestra. PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN L3. Un mundo roto entre las clases sociales. No todos gozamos de las mismas oportunidades. No todos tenemos los mismos derechos. ¿De quién eres hijo? ¿Qué capital o hacienda poseen tus padres? Si no tienes influencia no vas a ninguna parte. Y eso es culpa nuestra. PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN Pr. Que Dios Padre y Madre, que en Jesús de Nazaret nos mostró un estilo, un modo de ser con los demás, nos dé su Espíritu. Y que este Espíritu sea en nosotros y nosotras gracia, perdón y fuerza para hacer de un mundo roto, insolidario, egoísta y explotador un espacio de encuentro, de respeto y fraternidad. Que el abrazo que ahora nos vamos a dar sea entre nosotros y nosotras signo de reconciliación e invitación a construir otro mundo posible donde reine la paz. Daos familiarmente la paz. Nos damos la paz, mientras cantamos: Shalom haberim, Shalom haberim. 3. LLEGADA DEL ESPÍRITU Mientras se va finalizando el cántico, n coloca el cirio pascual en el centro del presbiterio y lo enciende. Presidente, padres y los cuatro hijos/as se dirigen hasta el cirio pascual. Llevan la vela de color en una mano y un cartel vuelto, colgado al pecho; hacen un semicírculo en torno al Cirio pascual y van encendiendo sucesivamente sus velas de color en el cirio pascual a medida que un lector/a (l1), desde el ambón de la decha, va avanzando la lectura de los Hechos de los Apóstoles, 2,1-12. Al encender la vela en el cirio, dan vuelta al cartel donde aparece el don del Espíritu que se quiere expresar (uno de los siete Dones del Espíritu Santo). El encendido de la última vela coincide con el final del relato. Entonces se escucha una música suave, el comienzo del segundo movimiento (andante con moto) de la sinfonía Incompleta de Schubert, mientras el presidente se acerca al centro del altar y proclama el evangelio del Mandamiento Nuevo ( Jn 13, 34-35): OS DOY UN MANDAMIENTO NUEVO: QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS; Todo la familia sigue con las velas encendidas y el cartel al pecho haciendo corro en torno al cirio. 4. LOS TRES SÍMBOLOS DE PENTECOSTÉS • Lenguas de fuego Curioso y pintoresco episodio éste de las lenguas de fuego. ¿Os imagináis a todas las personas con Espíritu portando una lengua de fuego sobre la cabeza? Sin embargo, sí que sabemos reconocer fácilmente a estas personas, sin otro signo visible que su modo de ser, su talante, su alegría y esperanza, su ternura y misericordia con las y los desvalidos. Presidente y la familia se acercan al altar y depositan sobre el mismo las velas encendidas y cuelgan los carteles en el mismo altar cara al público. La familia se vuelve ahora al banco donde ha estado sentada antes; el presidente continua delante del altar. Se encienden todas las luces y el presidente ora de este modo: Pr. Junto al rumor y el viento, la luz y el fuego, Acepta, Señor, en estas siete luces, • Claridad de lenguas El segundo gesto que vamos a realizar es el de la claridad de lenguas como contraposición a la confusión. En el relato de Pentecostés todos los apóstoles y extranjeros hablan diferentes lenguas y todos se entienden. No nos referimos ahora al pluralismo lingüístico, que es una riqueza del acervo cultural de la humanidad. Es una riqueza plural y multiespiritual de la humanidad, aunque a veces nos cause problemas de comprensión. Hoy nos referimos principalmente a la dificultad que tenemos para entendernos en la misma lengua cuando queremos expresar diferentes cosas con las mismas palabras. Detrás están, lo sabemos, nuestras ideologías, nuestros intereses. La gran confusión salta a la vista cuando aplicamos palabras opuestas a la misma realidad. Cuatro personas, saliendo desde la asamblea, proponen estas cuatro palabras: * REPARTO de los recursos de la tierra entre los pueblos. * INTEGRACIÓN de los emigrantes que llegan a Europa de otras culturas. *IGUALDAD entre mujeres y hombres. * ECONOMÍA social y justa Pr. Que el reparto, la integración, la igualdad • Imposición de las manos La imposición de las manos es un rito muy antiguo, utilizado en el judaísmo, en otras culturas arcaicas y en el cristianismo, y se usaba principalmente para bendecir. En el Antiguo Testamento aparece en reiteradas ocasiones. Por ejemplo, Aarón bendice al pueblo imponiéndole las manos, Moisés impuso las manos a Josué para transferirle el mando del pueblo. El Nuevo Testamento nos presenta a Jesús imponiendo las manos a la hija de Jairo para resucitarla, a los enfermos y enfermas para curarlos, a los niños y niñas para bendecirlos. En la liturgia cristiana es el gesto más importante que se hace durante la administración de algunos sacramentos como el bautismo, la confirmación, el orden. Los apóstoles lo practicaron como signo de transmisión del Espíritu. OH SEÑOR, ENVÍA TU ESPÍRITU 5. ORACIÓN COMUNITARIA Pr. Señor, Dios nuestro, que nuestra oración L4. Te pedimos por todos los que, víctimas de la globalización neoliberal, vienen buscando a nuestro mundo la dignidad perdida en su tierra. Para que sepamos acogerles e integrarles en nuestra vida, OREMOS AL SEÑOR. L1. Te pedimos por las mujeres maltratadas y humilladas. Para que lleguemos a construir un mundo entre iguales, sin discriminación de razas ni género, ROGUEMOS AL SEÑOR. L2. Te pedimos por todos los excluidos de nuestro entorno más inmediato. Para que en ese otro mundo posible por el que luchamos logremos establecer y respetar la perfecta igualdad, ROGUEMOS LA SEÑOR. (Oraciones espontáneas) Pr. Señor, Dios nuestro, Padre y Madre de todos, 6. NUESTRA OFRENDA h1 va al fondo de la iglesia para organizar la procesión de las ofrendas: algunos elementos simbólicos junto al pan y el vino .Mientras, H2 presenta los motivos de la colecta. Durante la colecta, la asamblea canta: No se puede sepultar la luz, CANTARÁN POR LOS CAMINOS No podrán amordazar su voz CANTARÁN POR LOS CAMINOS… Pr. “Bienaventurados, escribía el cardenal Suenens, aquellos que sueñan sueños y están dispuestos a pagar el precio de hacerlos realidad”.La ofrenda expresa la riqueza Desde el fondo de la capilla, y ordenada por h1, se hace la procesión de ofrendas por este orden y dejando espacio entre unos y otros: h3 lleva hasta el altar las bolsas de la colecta, le siguen las o los portadores de los diferentes símbolos y finalmente el pan y el vino.. Cada grupo puede decir unas palabras al presentar su ofrenda. Al acabar la presentación de las ofrendas, la asamblea canta: El Espíritu de Dios llena la tierra. DIOS ESTÁ EN EL MONTE, DIOS ESTÁ EN EL VALLE, El Espíritu de Dios está en los niños. DIOS ESTÁ EN EL MONTE, DIOS ESTÁ EN EL VALLE… El Espíritu de Dios está en aquellos DIOS ESTÁ EN EL MONTE, DIOS ESTÁ EN EL VALLE… |
7. ANÁFORA Pr. Te damos gracias, Padre Santo, A. En él se cumplieron tus promesas; L2. El es el signo visible de tu reino. A. Al pasar de este mundo a ti, Pr. Por todo ello, unimos nuestras voces SANTO, SANTO, SANTO (Misa salvadoreña) A.. Que él transforme la pobreza de nuestros dones Pr. El que, la noche en que iba L3. Acepta, Padre y Madre, A. Acuérdate de quienes L1. Da fuerza a los débiles A. Acuerdate de los que murieron Por él, con él y en él 8. COMUNIÓN * Padrenuestro 9. DESPEDIDA * Mensaje final
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