miércoles, diciembre 4, 2024
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La esperanza da vida

Cumplimos 25 años de servicio a inmigrantes

A pesar de tantas dificultades seguimos caminando, sin detenernos, sin mirar la desesperanza que hemos dejado. Así somos las personas que ustedes llaman inmigrantes; esa palabra que algunos usan para herir, creyendo que nos laceran. Tenemos tantas cicatrices que una más poco importa, porque a la palabra inmigrante le hemos dado otro sentido, la hemos puesto el mejor vestido y la hemos adornado con las mejores joyas. Nosotros vemos en esa palabra con bondad, amor, ternura generosidad, lucha, tenacidad, entrega, sacrificio, luz, coraje, resistencia, etc. Por ello los inmigrantes nos despertamos y miramos el horizonte con optimismo, “mañana será un día mejor”, “mañana hablaré con mis hijos o hijas que están lejos”, “mañana tendré un mejor trabajo”, “mañana mi jefe/a me tratará mejor”, “seguro que mañana me pagarán mi salario de justicia”, “mañana conseguiré regularizar mi situación administrativa”. Así pensamos cada nuevo día al despertarnos.

La esperanza da vidaNos despertamos y nos vestimos de esperanza porque cada mañana de camino al trabajo nos cruzamos con miradas de bondad. ¿Cómo no sonreírle a la vida cuando ves a una persona nativa buena, que desobedece las leyes injustas y acoge a la sin techo, a la sin nada, a la sin nadie?  He comprobado esta mañana que la esperanza se levantó de las cenizas, cuando llegué a las oficinas de la Asociación Rumiñahui y vi a dos personas, una de ellas, con alegría en su rostro, me dice: “Quiero hacerle los papeles a este hombre, dígame qué debo hacer”; sonrío y observo, simplemente, un mejor futuro para “el sin papeles” y su familia; pero también veo a un hombre que está siendo justo y correcto.

Muchas personas de bien, con esperanza, se han movido por el territorio español, buscando a personas que firmen la Iniciativa Legislativa Popular, cuya finalidad es conseguir que se lleve a debate en el Congreso de los Diputados una propuesta de regularización extraordinaria de personas migrantes. Buscamos 500.000 personas buenas para apoyar a más de 500.000 personas extranjeras que viven en situación administrativa irregular. Están en un limbo burocrático, a pesar de ser parte de la sociedad española y desempeñar trabajos esenciales, pero cada día se enfrentan a numerosas barreras como la dificultad para acceder a una vivienda digna o tener una tarjeta sanitaria. Son personas esenciales pero se les priva de los derechos más básicos. Tenemos la esperanza de que tú, estimad/a lector/a hayas firmado y estés ayudando entre amigos y vecinos a recoger las firmas que darán vida y luz a personas inmigrantes.

Los/as inmigrantes tenemos esperanza y soñamos con un sistema policial que no nos detenga por el solo hecho de tener otro color de piel o que vuelvan a producirse de manera masiva detenciones arbitrarias y ser llevados a Centros de Internamiento de inmigrantes. Soñamos con que el Ministro de Interior, como dice Carl Rogers, se ponga en los zapatos de la persona que está al otro lado de la valla, de la que está siendo discriminada, de la sin papeles, de las mujeres internas que duermen en pequeños habitáculos y son privadas de sus derechos. Queremos un Ministro de Interior que al caminar por su pasado doloroso, se haga realmente humano y desarrolle y aplique unas leyes que mejoren la vida de todas las personas, sin ninguna distinción.

Los/as inmigrantes soñamos con un sistema
policial que no nos detenga por el solo
hecho de tener otro color de piel

Tenemos la esperanza de que desaparezca el discurso de odio y la falta de humanidad de responsables políticos, tanto de quienes lo promueven como de quienes permanecen pasivos. Soñamos con personas políticas valientes, que se posicionen de parte de los Derechos Humanos y condenen frontalmente a quienes siembran odio, y con ello, dividen a la sociedad y la tornan violenta. Queremos que un día próximo, se redacte el reglamento de la Ley de Igualdad de Trato, con un régimen sancionador ejemplar, de tal forma que discriminar y pronunciar discursos de odio no salga gratis.

Las personas inmigrantes tenemos la esperanza de que un día disminuyan los tiempos de espera para la tramitación y resolución de los expedientes. A esta larga espera, se le añade la de obtener una cita para la toma de huellas; que  no esperemos un largo tiempo para que nos otorguen una cita de entrega de  la tarjeta de residencia. Este retraso de meses para disponer de una tarjeta de residencia vigente, nos ha generado perjuicios en la vida cotidiana frente a la Administración y, también, frente a particulares ya que sin la tarjeta de residencia no podemos tramitar ninguna gestión a nivel administrativo (mala atención en bancos, bloqueo de cuentas bancarias y sus fondos, etc.) y el documento entregado por parte de la policía, entendido como válido y que sustituye, por el tiempo de espera, a la tarjeta de residencia nadie lo considera como tal, ni lo acepta como válido.

Tenemos esperanza que no se ejecuten denegaciones masivas de reagrupación de ascendientes mayores de 65 años, tanto cuando los/as hijos/as son residentes como cuando están nacionalizados/as. El criterio para denegar los visados es no quedar acreditado el motivo por el que quieren venir a España, pese a que se aporta la documentación por la que queda acreditada la dependencia económica respecto a la reagrupante.

Tenemos esperanza las personas inmigrantes de que un día nos traten igual que lo han hecho con nuestras hermanas ucranianas que huyen de la guerra. Les han dado tarjetas de residencia y trabajo de forma ágil, escolarización para los hijos sin impedimento, les han dado trabajos cualificados, han creado centros de acogida de forma diligente y esta es la España con la que soñamos a todos los niveles (político, económico y social) justa y acogedora.

Tenemos esperanza que otro mundo es posible, a pesar de las guerras, las injusticias, la violencia de género, el desempleo juvenil, etc., y por ello vamos a continuar teniendo esperanza de que un día, y lo más pronto posible, nos reconozcamos todos y todas como seres humanos e iguales.

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