Escrito por
Éxodo 153
– Autor: Félix Sautié Mederos –
Todo mezclado: orígenes étnicos y culturales diversos; libre pensamiento masónico; espíritu laico republicano; religiosidad popular y ateísmo científico.
Desde muy pequeño viví inmerso en el contrapunteo entre la religión y el espíritu laico republicano de los cubanos libres pensadores. Una expresión familiar, muy común en la Cuba pre-revolucionaria de lo que es religión y poder.
Nací en 1938 en una familia muy heterogénea; especialmente acomodada. Mi abuelo paterno y mi padre, masones en activo, mi abuelo grado 33, un hermano de mi padre, mi tío Narciso, líder comunista de la vieja escuela, uno de los fundadores de la CTC en 1939, la organización sindical histórica que ha llegado hasta nuestros días; y mi otro tío Ignacio, quien murió como Fray Hilario Sautie, fraile franciscano de gran prestigio porque fue confesor de varios obispos cubanos y del cardenal Jaime Ortega, quien lo ordenó ya de mayor, después de haber enviudado y de ser padre varios hijos.
Desde muy pequeño tuve un preceptor, negro, maestro normalista, poeta y pastor bautista que mi padre admiraba especialmente. Hasta que un día le planteó a mi padre, que debía ponerme en un colegio porque él no estaba de acuerdo en continuar educándome en una probeta aislado de la vida social, y le propuso que me matriculara en un colegio católico relativamente cercano de los Maristas. Las élites cubanas de entonces se educaban en los colegios católicos. Fidel se formó en el colegio de La Salle, en Santiago de Cuba, junto con su hermano Raúl Castro y terminó el bachillerato en el Colegio de Belén de los Jesuitas habaneros.
El sabio etnólogo y polígrafo cubano, don Fernando Ortiz, realizó durante toda su vida estudios profundos y reveladores al respecto de esta multiciplidad de confesiones e ideas religiosas en Cuba, que culturalmente las identificó con una expresión que se ha hecho muy famosa en los medios intelectuales cubanos de que nuestra cultura es un ajiaco (1) de razas, costumbres e ideas. Nicolás Guillén, poeta nacional cubano, recoge este concepto de Don Fernando Ortiz en uno de sus más famosos poemas, titulado Mis dos abuelos. Todo mezclado… (2)
Sombras que sólo yo veo,
me escoltan mis dos abuelos.
Lanza con punta de hueso,
tambor de cuero y madera:
mi abuelo negro.
Gorguera en el cuello ancho,
gris armadura guerrera:
mi abuelo blanco.
En este sentido, el investigador, antropólogo y etnólogo cubano Nelson Aboy Domingo nos ofrece en su obra “Orígenes de la santería cubana” claves esenciales para comprender lo que han sido y son los conceptos y relaciones habituales de la religión y el poder en Cuba: Una religión de blancos con un poder de blancos hasta la Revolución Cubana.
El Ejército Rebelde, comandado por Fidel Castro, en 1959 bajó triunfalmente de las montañas al llano y a las ciudades con rosarios, escapularios e imágenes religiosas en sus uniformes. De inicio, todo marchó en armonía hasta que, con la firma y proclamación de la Ley de Reforma Agraria a finales de 1959, las clases terratenientes reaccionaron con violencia contra la Revolución, y la Iglesia católica cubana pasó del agradecimiento al enfrentamiento frontal.
Los cristianos de izquierda quedamos al margen de las iglesias católica y protestantes del momento con nuestro lema que planteaba Traicionar al pobre es traicionar a Cristo. La situación se agudizó con la nacionalización de los colegios privados, que incluía los colegios católicos mayoritariamente. Las clases altas y medias, en contubernio con los Estados Unidos y la Iglesia católica local, plantearon una campaña de que el Gobierno Revolucionario les iba a quitar la patria potestad a los padres y miles de niños fueron enviados solos a los Estados Unidos en una Operación de triste memoria que se denominó “Peter Pan”. Pensaban que en unos pocos meses la Revolución iba a ser destruida.
Hubo un enfrentamiento con pastorales contra la Revolución, proclamadas por la Jerarquía católica cubana de entones. Se produjo en 1961 la derrotada invasión de Playa Girón. Entonces la respuesta revolucionaria fue la proclamación del Socialismo marxista leninista que, de primer momento, implicó el establecimiento del ateísmo científico y del Estado confesional ateo. Esta situación creó una discriminación oficial contra los creyentes que tuvieron múltiples restricciones para el acceso a determinadas carreras universitarias de índole social, así como a determinados puestos de trabajo.
Todo se extendió hasta que se produjeron varias acciones y momentos de rectificación de ambas partes, que fueron: a) La visita de Fidel a Brasil en donde se encontró con las comunidades católicas de base y tuvo un amplio intercambio que lo motivó a un encuentro “reconciliador” en Cuba, primero con los líderes de las iglesias protestantes y seguidamente con los obispos católicos de Cuba. b) La publicación del libro Fidel y la Religión por Fray Betto en la que Fidel expresó sus ideas esenciales sobre la religión; c) El papa Pablo VI envió a La Habana como nuncio apostólico a monseñor Cesare Sacchi, hoy considerado “arquitecto de la pacificación entre la iglesia y el Estado en Cuba” (3). Fue este nuncio quien realizó una paciente labor esencial de reencuentro y reconciliación entre el Gobierno y la Iglesia católica, que trajo como frutos las visitas a Cuba en lo que va de tiempo de tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, las que han sido de extraordinaria importancia para la Cuba revolucionaria y sus relaciones con la Iglesia católica; d) En el Cuarto Congreso del Partido (PCC) celebrado en 1991 en Santiago de Cuba, se realizó un amplio análisis de las relaciones entre el Estado y las religiones, que culminó con la proclamación nuevamente del Estado laico y la normalización entre las iglesias y el Estado en un proceso extendido hasta la situación actual en que existe un clima de encuentro y colaboración ampliamente favorecido por el Papa Francisco y la actual dirección de la Revolución.
- Caldo tradicional cubano en que se mezclan distintos tipos de carnes, vegetales y viandas.
- Además, también tiene publicado otro poema muy sentido al respecto, Son No. 6 yoruba Soy…
- Denominación planteada por el destacado especialista Manuel Yepe.