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Éxodo 120
– Autor: Anxo F. Currás y Rosa Cal –
GALICIA ES AGUA en un inmenso porcentaje. Esta afirmación no es subjetiva, sólo recordando algunos datos reafirmaremos lo que muchos saben. Galicia situada al extremo occidental de la Península, anuncia el “finis terrae” allá : en el agua. Su extensión no alcanza los 30 mil kilómetros cuadrado, pero sus costas miden más de 1.500 kilómetros, bordados en puntillas recortadas que albergan cientos de islas e islotes. Fue el agua del océano la que dio forma ondulada, desgastando sus costas.
En Galicia el agua se constata de tres formas diferentes. Comencemos por el agua salada de los mares, el Cantábrico al norte para Coruña y Lugo, y el Atlántico al oeste para Pontevedra y Coruña, en la que sigue atento el ojo del mar, la Torre de Hércules único faro romano que se conserva. Es el mismo mar con dos caras diferentes: al norte duro, peligroso, pero majestuoso, dominante; al sur dócil y cariñoso, abrazador la mayoría del año. También sus acciones son dobles y contrarias, por una parte esos mares fueron la principal vía de comunicación durante los siglos: arribaban extraños, salían los autóctonos. Ese doble flujo producía el avance, las novedades, el conocimiento de nuevos frutos y nuevas tierras, pero también era, la amargura del adiós, de la emigración, de las “viudas de vivos”, aquellas esposas que nunca más volverían a saber de sus maridos. El mar es también fuente de vida y de riqueza, donde los marineros sacan su sustento echando pulsos a las galernas que, más de una vez, se cobraron tantas vidas, el puerto de Vigo fue el mayor puerto pesquero de Europa. Pero ¿qué tiene el mar? que unos lo odian/aman, según que momento; y otros, más cobardes, nos conformamos con contemplarlo desde la ventana. ¿Quien no se ha dormido al son de una nana producida por las olas?, un sonido abroncado, pero no molesto, que nos transporta al sueño, a la utopía, a la paz, al sosiego, al dios bueno y al santo milagroso, a la ternura, a la pasión y al dolor. Decía el cancionero medieval: “Sediame eu na ermida de San Simón, e cercaronme as ondas do mar maior; e non hei barqueiro nin remador” ( Mendiño, siglo XIII); también Galicia se identifica con la canción gallega más popular “ondiñas veñen, ondiñas veñen e van … A Virxe de Guadalupe cando vai pola ribeira …”
La otra forma de presencia del agua es en los ríos y las fuentes, los pequeños saltos, las lagunas, los regatos, toda parroquia (unidad vecinal en Galicia) goza de decenas de ellos. El pueblo gallego, adorador inconsciente de la pachamama, fue divinizando, santificando o cantando a sus “adios rios, adios fontes, adios regatos pequenos”, desde el Pedregal de Irimia donde nace el río padre de todos, el Miño, hasta los cañones del Sil, la ribeira sacra de Ourense con una decena de monasterios impresionantes; el río Avia con importantes núcleos poblacionales como Ribadavia; el Xallas que se entrega al mar en cascada, el río Lérez que llevó al mar a la carabela Santa María. Todas las grandes ciudades gallegas están a la orilla de un río o en una desembocadura. El agua dulce asegura la continuidad de la vida, es pureza, y también alivio para los males, …
La tercera y última forma es el agua de lluvia. En Galicia llueve, incluso, cuando no llueve, según los partes meteorológicos. Las pertinaces tormentas que se ven avanzar desde el mar, el orballo que te moja y no se siente caer. El goteo por la calle de todos los balcones. Un día de sol en el invierno es el renacer, el despertar. El carácter de los gallegos está influenciado por la meteorología, muchas veces tardan en responder porque tienen que pensar “¡qué tiempo hará!”.
“O noso Pai O Miño”
Para los gallegos el río Miño, lleva el apelativo de Padre, O Pai Miño, que nace en la sierra de Meira y desemboca en el Atlántico, que une y no separa, Portugal de Galicia, según el lema de una de “las romaxes” (romerías) de la Asociación Irimia,. El lugar de su nacimiento es un tanto enigmático, porque en ese monte llamado Pedregal de Irimia de una longitud de 700 metros, al andar o descansar sobre grandes peñascos se oye a unos metros de profundidad el murmullo del agua, que produce en el visitante un contacto especial con la naturaleza. A continuación discurre en forma de riachuelos que constituyen, a pocos kilómetros la lagoa (laguna) de Fonmiñá. En este pedregal, aprovechando el símbolo del agua como centro de vida y de renacimiento por el bautismo, celebró la Asociación Irimia de Crentes Galegos la primera romaxe con el título de Eu renazo galego, donde recibían, varios miles de romeros, el bautizo para afianzar o nacer al compromiso del galleguismo y de una Iglesia Galega. Las Romaxes siguieron celebrándose todos los años y va para este año la XXXVI, recorriendo los puntos importantes de Galicia. Varias se celebraron con el mensaje del agua. Batidos polo mar, famoso por el párroco, Paco de Aguiño, gran defensor de los pescadores; Cantigas das augas, camiño do mar, fervenza rexa da vida para nos mergullar (Cantiga de las aguas, camino del mar, torrente fuerte de la vida para saciarnos), se celebró en el lugar donde se funde el río Sil con el Miño y el Bubal; En Allariz, lugar paradisíaco donde al agua también canta: o Arnoia (río) pasou cantando; y no falta el agradecimiento a la riqueza y a la hermosura del mar de as Rías Baixas, y al trabajo del pescador: Que ten o Mar de Arousa, meu ben; entre otras varias dedicadas a rios, fuentes, etc.
El mar en sus diversas variantes: como fuente de trabajo hay que sortearlo para arrancarle la riqueza de la pesca, como camino de comunicaciones y encuentros de culturas, y como industria en los astilleros. De todo esto sabe el gallego cuya tierra está acariciada por el agua que los humanos no saben apreciar.
El pantano (O encoro) de Castrelo de Miño
Fue inaugurado en 1969, supuso anegar las mejores tierras productivas do Ribeiro en Ribadavia, Ourense. El río Miño por el que llegaban a Ourense ciudad, salmones, anguilas, lampreas, sables, sabelas, barbos, etc., quedó cortado para siempre por “Un pantano sin pies ni cabeza” (según dice Secundino Lorenzo). La empresa constructora fue Fenosa de Pedro Barrié de la Maza, conde de Fenosa, eficaz colaborador de Franco en el Alzamiento Nacional. En el famoso dibujo-denuncia de la época de “Toxo 66”, aparecen los postes de alta tensión con la figura de “cristos crucificados” y el “inri” “FENOSA” transportando la energía para fuera de Galicia, causando muerte, desolación y emigración. Todo esto se hizo no sin la protesta y lucha de los campesinos de Castrelo apoyados por los nacionalistas(ver www.galeon.com/sloren/craira/castrelo0.htm)
Cascada (fervenza) del Sallas
El Sallas es el único río, que se sepa, que desemboca en el mar en cascada. Este extraño accidente geográfico que contemplaban los visitantes al pasar por la zona de Camariñas (Fisterra), quedó anulado, pues en tiempo del presidente Fraga, concedió el permiso para producir energía hidráulica reteniendo el agua y desapareciendo la cascado. Eso sí, al reconocer tamaño desaguisado, intentaron arreglarlo soltando el agua un día a la semana, para revivir el extraño accidente geográfico.
Lagos que ocultan los deshechos de las minas
La vorágine industrial, sin un mínimo respeto a la naturaleza, en la búsqueda del carbón, pizarra, oro, wolframio, etc., es frecuente que deje esos lugares arruinados para muchos años, ultrajados con los desechos y materiales contaminantes. Se han dado varios casos de convertirlos en lagos artificiales, reciclados en clubes náuticos para el turismo, con escasa utilidad.
El sentimiento ancestral, telúrico, del pueblo gallego queda patente en sus dos raíces: ansías por ver, oír y tocar el agua; y el contacto con la tierra, que toma entres sus manos, la acaricia y deja que vuelva al suelo pulverizada, con igual delicadeza como si tratara a una bisabuela, no en vano está en Ortigueira (Coruña) la península de Masanteo formada por las rocas más antiguas de Europa ¡dos mil millones de años!, y en sus proximidades la iglesia San Andrés de Teixido, a la que “quen non foi de vivo unha vez vai de morto tres”. A todo ello sumen el “Camino de Santiago” para completar: agua, tierra y estrellas.