jueves, octubre 10, 2024
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El derecho a la alimentación ante la puerta de las instituciones locales

Escrito por

Éxodo 139
– Autor: Editorial –

ÉXODO recoge en este nº 139 la celebración de la II Conferencia contra el Hambre (Madrid, 1 de junio, 2017), lo mismo que publicó en el nº 129 (junio, 2015) los materiales de la I Conferencia contra el Hambre (Madrid, abril 2015). Ambas Conferencias han sido el resultado de varios años de trabajo de la Plataforma de la Carta contra el Hambre, formada por más de 30 organizaciones cívico-sociales, universitarias y religiosas. La revista ÉXODO ha participado desde el inicio en la puesta en marcha de la Plataforma y se siente concernida para la difusión de los resultados.

El trabajo de la Plataforma de la Carta contra el Hambre tuvo desde el principio muy claro la necesidad de implicar a las administraciones locales en la lucha por el reconocimiento del derecho a la alimentación justa y adecuada. Después de la I Conferencia se tuvo el primer encuentro con los partidos políticos del Ayuntamiento de Madrid en el que firmaron, todos menos el PP, el Pacto contra el Hambre (Madrid, mayo 2015). En relación a la II Conferencia, el segundo encuentro con los partidos (enero de 2017) logró su implicación en la misma. Y lo que es más importante, el Ayuntamiento de la ciudad de Madrid, junto con otros Ayuntamientos de la región, se ha comprometido con el producto estrella de la Plataforma: la elaboración y presentación a la Asamblea de Madrid de una Iniciativa Legislativa Municipal (ILM) para garantizar el derecho básico a la alimentación en la Comunidad de Madrid. Este recorrido muestra a las claras, tal como recoge el resumen de la II Conferencia, cómo un movimiento ciudadano con capacidad de organización y movilización puede llegar realmente muy lejos, y cómo la vinculación con las administraciones puede defender la puesta en acción de políticas públicas contra el hambre.

La larga marcha hacia el derecho personal a la alimentación en las ciudades

Puede parecer extraño pero la conciencia social del derecho a la alimentación es muy reciente, forma parte de los denominados derechos humanos de nueva generación. En esta perspectiva, tal como expuso en la ponencia inicial de la II Conferencia contra el Hambre, Juan Carlos García y Cebolla, jefe del equipo de Derecho a la Alimentación de la FAO, “el derecho a la alimentación adecuada” se sitúa en “un enfoque de derechos humanos para erradicar el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición”. Esta es la línea en la que se va perfilando el derecho a la alimentación desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966): enfoque de desarrollo social frente a esquemas proteccionistas.

También puede parecer extraño que grandes ciudades, como Atenas, Lisboa y Madrid, consideradas como capitales europeas del hambre, no hayan logrado movilizar los recursos necesarios para abordar esta problemática. En opinión de J. R. Gonzalez, el enfoque asistencialista diseñado por la UE para la ayuda alimentaria centra todo el dispositivo en los gobiernos y deja fuera a las ciudades. El procedimiento es idéntico para todos los países: compra de alimentos en licitaciones internacionales (impide cualquier circuito de proximidad y premia al agronegocio); distribución a través de grandes organizaciones civiles (como los Bancos de Alimentos, Cruz Roja y Caritas que potencia la percepción ciudadana de resolución del hambre por la vía de la asistencia popular), tercero, un sistema de supervisión y control muy burocratizado. Este sistema de reparto impide la conexión con el poder local y evita la reclamación en base al derecho a la alimentación. En palabras de J. Laguna, desde una perspectiva evangélica, la “comensalidad subversiva” supone anteponer el hambre a cualquier ley (discernir si promover bancos de alimentos o cargar carros de la compra con alimentos de primera necesidad sin pagar), saber si presiden la mesa de reparto los pobres y lisiados, o si la celebración de la vida por la vuelta del hijo pródigo pasa por delante de la desesperación de los hermanos mayores justificados. Esta sería la religión de quienes se sientan a la mesa de Jesús, de los que comen cómo y con él.

¿De Madrid al cielo? De capitalidad europea del hambre al derecho a la alimentación

Frente al modelo neoliberal y asistencialista de la UE en el reparto de alimentos, el enfoque de derechos humanos ha dado lugar a la firma en Milán, 2016, del Pacto de Política Alimentaria Urbana (Pacto de Milán). Es el primer protocolo internacional para la intervención municipal en el ámbito de la producción y distribución de alimentos. Se han adherido más de 120 ciudades; en España Madrid, Málaga, Barcelona, Bilbao, Valencia, Zaragoza…; en la comunidad de Madrid también Alcalá de Henares, Rivas Vaciamadrid, Villanueva de la Cañada… En octubre de 2017 se celebrará en Valencia el Encuentro anual y Cumbre de Alcaldes del Pacto de Milán. Los consensos básicos del Pacto son: la responsabilidad de los poderes locales para mejorar la alimentación en las ciudades; la prevalencia de una mala alimentación; y la persistencia de bolsas de pobreza urbana en situación de emergencia alimentaria. Y los ejes de intervención promueven la agricultura urbana, los circuitos cortos de producción y consumo, el fomento de redes y plataformas del productores a grupos de consumo; el reconocimiento del papel de las mujeres en todas las soluciones. La apuesta es por la producción agroecológica y por la redistribución y la justicia social. Todo un cambio de paradigma respecto al modelo neoliberal de la UE del reparto de alimentos.

El Ayuntamiento de Madrid se ha comprometido en este cambio como ciudad firmante del Pacto de Milán y del Pacto contra el Hambre, de la Plataforma de la Carta contra el Hambre. Por su parte, el Plan Estratégico de Derechos Humanos del propio Ayuntamiento muestra la interconexión entre derechos. En estos momentos los trabajos para la presentación de la ILM en la Asamblea de Madrid y la puesta en marcha de una de las iniciativas de la Carta contra el Hambre, los Centros Municipales de Cultura alimentaria, son dos de las apuestas importantes para la recuperación de la acción política local por el derecho a la alimentación adecuada; para convertir en derecho local la legislación internacional.

Desde Éxodo deseamos que el próximo encuentro en Valencia, octubre 2017, suponga un paso definitivo para dejar atrás en Madrid el ominoso título de capitalidad del hambre y la consecución del derecho a la alimentación adecuada. Para estar preparados y colaborar en este proceso colectivo abierto, animamos a leer y debatir los sugerentes materiales recogidos en la II Conferencia contra el Hambre: reflexiones contextuales y experiencias cercanas, como el proyecto en marcha en el Distrito de Tetuán (Madrid). Toda una lección.

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