Escrito por
números 78-79 (marzo-junio ’05)
Introducción
1. En respuesta al urgente llamamiento de la región del África austral, reunida en 1995 en Kitwe, a reconocer la urgencia cada vez mayor de la injusticia económica mundial y la destrucción del medio ambiente, la 23ª Asamblea General (Debrecen/Hungría, 1997) invitó a las iglesias miembros de la Alianza Reformada Mundial a entrar en un proceso de “reconocimiento, educación y confesión” (processus confessionis). Las iglesias, escuchando el clamor de hermanos y hermanas de todo el mundo y mirando la amenaza al don de Dios de la creación, reflexionaron sobre el texto de Isaías 58:6 “…romper las cadenas de la opresión y los yugos de la injusticia, y dejar en libertad a los quebrantados”.
2. Desde entonces, nueve iglesias miembros se han comprometido con una declaración de fe; hay algunas que están en proceso de establecer una alianza, y otras han estudiado la situación y han llegado a reconocer la profundidad de la crisis. Además, en cooperación con el Consejo Mundial de Iglesias, la Federación Luterana Mundial y organizaciones ecuménicas regionales, la Alianza Reformada Mundial celebró consultas en todas las regiones del mundo, desde Seúl/Bangkok (1999) hasta Stony Point (2004). Asimismo, cabe señalar las consultas de las iglesias del Sur, Buenos Aires (2003), y las de las iglesias del Norte y del Sur, London Colney (2004).
3. Reunidos en Accra (Ghana) para celebrar la Asamblea General de la Alianza Reformada Mundial, tuvimos ocasión de visitar los calabozos en que se recluía a los esclavos de Elmina y Cape Coast, donde millones de africanos fueron tratados como mercancías, vendidos y sometidos a los horrores de la represión y la muerte. En la actualidad, las realidades en curso de la trata de seres y la opresión provocada por el sistema económico mundial hacen que el clamor de “nunca más” suene a mentira.
4. Hoy venimos a asumir un compromiso de fe (faith commitment).