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Los abajo firmantes, herederos de distintas tradiciones religiosas, espirituales y humanistas, hemos participado conjuntamente, durante el 1 y 2 de abril de 2006, con un taller, un acto cultural y una celebración interreligiosa en el Encuentro de los Movimientos Sociales de Madrid. Al finalizar este Encuentro manifestamos públicamente cuanto sigue:
En primer lugar, queremos proclamar en voz alta que nos sentimos orgullosos de estar compartiendo la sabiduría milenaria de nuestras tradiciones en el seno de esta parte de la sociedad civil que se muestra a disgusto con el ordenamiento actual de nuestra ciudad y del mundo en que vivimos y que lucha denodadamente por liberarlo y transformarlo. A la luz de nuestras mejores experiencias religiosas y humanistas, estamos también convencidos de que “otro Madrid y otro mundo son posibles”. Por este motivo, celebramos con alegría este Encuentro. Entre todas y todos estamos tejiendo, con hilos de relación fecunda, un nuevo tapiz sobre el que diseñar otra ciudad y otro mundo necesarios. Mantenemos la esperanza de que los pasos que hoy estamos dando representen un empujón significativo para la construcción de esa alternativa global al neoliberalismo que estamos necesitando.
En segundo lugar, reconocemos que las tradiciones religiosas, espirituales y humanistas de las que procedemos, que en gran parte de su historia han sido fuentes de liberación para los pueblos, no siempre se han mantenido en esta actitud. En alianza con los poderes dominantes y a su propia emulación se han convertido, con excesiva frecuencia, en agentes de un discurso ajeno a su propia inspiración original, dominador de las conciencias y legitimador de las desigualdades entre los seres humanos. Y este desvío es justo lamentarlo. Por otra parte, el alejamiento de sus fuentes genuinas las ha mantenido, a su vez, en el desconocimiento mutuo, ha generado prejuicios y descalificaciones injustificadas, y hasta las ha empujado a la lucha entre quienes, como vasos distintos, son sólo recipientes diversos de una común apertura a la trascendencia. Nuestras luchas desde posturas fanáticas han servido para justificar demasiadas guerras en la historia pasada y aun en la presente. Es hora ya de desenmascarar esta trampa y de volver a la pureza de la inspiración genuina. Sin pretender dar lecciones a nadie, queremos manifestar hoy y aquí que apreciamos como un rico tesoro nuestra propia diversidad y que reconocemos en cada tradición originaria un chispazo de aquella Realidad Última que apuesta por la humanidad desde la peculiaridad de cada etnia y cultura y desde la originalidad de cada pueblo.
En tercer lugar, en una ciudad como Madrid, encrucijada de los grandes desafíos que afectan al mundo actual, formulamos estas tres apuestas de cara al futuro:
1. Apostamos por la justicia y la libertad en y desde una ciudad cosmopolita y abierta al ancho mundo: donde toda etnia, raza, cultura, religión y expresión de conciencia se sientan en propia casa; donde el (y la) migrante y el marginado, el excluido y el sin techo puedan gozar sin ser molestados de su derecho a andar por la calle y viajar en metro, entrar en el aula y en el centro religioso, trabajar en la empresa y acceder al hospital… Pues todos y todas somos humanos y habitamos en la misma tierra que es casa común.
2. Apostamos por una ciudad de paz, basada en la justicia con capacidad de diálogo y encuentro entre los seres humanos: una ciudad en la que sean malditas todas las guerras militares porque acrecientan el dolor y matan la vida de la gente; donde se rechacen todas las guerras de civilización porque causan división, enemistad y odio entre los pueblos; donde se expulse, como terapia engañosa, todo género de violencias, no sólo contra los animales, sino principalmente sobre la mujer y los niños, los más débiles. Porque los seres humanos hemos nacido para la felicidad y el amor, no para hacer la guerra.
3. Apostamos, finalmente, por la amistad y la unión en y desde una ciudad que cultive la proximidad y el respeto, la acogida y la compasión: que, antes que las leyes, ponga al ser humano en el centro de sus preocupaciones y esté abierta a recibir de los diferentes sus valores y gozos, sus esperanzas; que desde el cuidado y el respeto a la Tierra, desde la solidaridad y la cooperación internacional, extienda lazos de unión con toda la humanidad y con el cosmos; que desde la proximidad se empeñe en “humanizar la humanidad” y en “democratizar la democracia” y hacer más libres y respetuosas las diversas experiencias de sentido de la vida.
Como mujeres y hombres fieles a nuestras ideas y creencias que vivimos en Madrid y desde la ultimidad que representan para nosotros los pobres y aquella Realidad Última en la que creemos, nos empeñamos con los movimientos ciudadanos, sociales y políticos, en hacer una ciudad cosmopolita y abierta al ancho mundo, desde la justicia y la libertad, desde la paz y la amistad.
¡Otro mundo, otro Madrid y otra religiosidad y espiritualidad son posibles!
Madrid, 1 de abril de 2006
Firman este manifiesto:
_ Asociación para el Diálogo Interreligioso de la Comunidad de Madrid (ADIM) _ Asociación para la Conciencia de Krisna _ Brahma Kumaris _ Comunidad Baha’i _ Comunidad Musulmana _ Cristianos de Base de Madrid _ Espacios del Hombre _ Iglesia Evangélica Española _ Justicia y Paz Madrid
Los conflictos interreligiosos en las comunidades indígenas, como en el resto del mundo, tienen su origen en intereses ajenos a los de las tradiciones espirituales, las cuales son confrontadas por una comunicación convenientemente distorsionada para los grupos en lucha por el poder. Desmentir y denunciar a tales beneficiados a través de la promoción de espacios donde se propicie el recíproco respeto, reconocimiento y valoración entre los diversos, es una de las tareas principales en la promoción de la paz.
En México ya existen espacios que aportan al dialogo entre los diversos creyentes, sin embargo, en ninguno de ellos tiene lugar la formación integral de los jóvenes de las diversas tradiciones espirituales y la promoción de su participación en la transformación de la realidad, por ello, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, a través de su área de jóvenes, ha impulsado el proyecto: Red Juvenil Interreligiosa PROMOTORES DE PAZ.
Objetivo General:
Contribuir a la formación critica, participativa y solidaria de jóvenes de diversas comunidades espirituales, a través de una Red Juvenil Interreligiosa que les permita articularse para aportar desde la pluralidad de sus tradiciones, a la construcción de una sociedad más justa por medio de acciones solidarias.
Actualmente, la Red Juvenil Interreligiosa PROMOTORES DE PAZ esta constituida por jóvenes de las siguientes comunidades de fe:
Misioneros Oblatos de María Inmaculada
Comunidad Católica de la Diversidad VINO NUEVO
Comunidad Juvenil Presbiteriana
Jóvenes de la Iglesia de Dios (Israelita)
Unitarios Universalistas de México
Comunidad Bahá’í del D.F.
Orden Sufi Jalveti Yerrahi
Comunidad Salafi de México
Centro Educativo de la Comunidad Musulmana de México
Casa de Meditación Vipassana
Instituto Loseling de México
Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna
Comunidad Sikh Dharma
Iglesia de Cienciología