Esta línea de acción es una de las más ventajosas en una situación cada vez más insostenible a nivel económico, social y, sobre todo, humano. Lo principal es que se estaría contribuyendo al empoderamiento de las personas trabajadoras y, en un segundo plano, económicamente supondría una inversión a futuro mucho menor que todos los gastos derivados de la destrucción del empleo.
La cooperativa de trabajo asociado es un modelo distinto de hacer empresa, más resistente en los momentos de crisis y en el que la persona prima por encima del capital social y otros intereses meramente economicistas. Para una empresa no cooperativa, lo más sencillo ante una situación de crisis o en la que no se está obteniendo toda la rentabilidad que desearían unos inversores ajenos a la empresa, es cerrar el negocio, desapareciendo con ello los puestos de trabajo. Transformar esa empresa en una sociedad cooperativa de trabajo asociado es la mejor alternativa para que su actividad siga desarrollándose y para que los puestos de trabajo se mantengan sin que se produzca el desempleo.