Escrito por
Éxodo 97 (ener.-febr.’09)
– Autor: Varios Autores –
En plena etapa de debates (oficiales o no, pero sobre todo sociales) acerca de las consecuencias de las crisis (financiera, energética, alimentaria, ideológica) que amenazan la existencia de millones de personas, se demanda un análisis profundo sobre el verdadero alcance de las políticas de Ayuda Oficial al Desarrollo. Por estos motivos, entre las instituciones encargadas de desarrollar los programas que cuentan con dinero público destinado a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que habitan el Sur global se debe realizar un profundo debate en el que se analice minuciosamente el alcance y objetivos que tiene en la actualidad la Ayuda Oficial al Desarrollo. Por ello resulta arriesgado emitir una valoración, en tan poco espacio, sobre las consecuencias de la AOD en los países receptores ya que es simplificador realizar un análisis de toda la AOD mundial a partir de cifras que pueden esconder proyectos de dudoso beneficio para las poblaciones más necesitadas. Así también no sería honesto desprestigiar la AOD de algunos países por el motivo de que va contabilizada junto a la AOD nefasta. O talvez sí.
A nivel mundial el peso de la AOD dirigida a los países de renta baja y de renta media desde 1980 hasta el 2006 es de 1.737.140 millones de dólares. En el año 2006 esta AOD fue de 89.902 millones de dólares. En ese mismo año el servicio de la deuda de los países de renta media y baja fue de 459.918 millones de dólares. Más de 5 veces de lo que recibió en concepto de AOD. Resulta por lo menos confuso que la denominada AOD represente una quinta parte de lo que significa el servicio de deuda de los países denominados en desarrollo. Si a estas cifras se añaden el retorno de esta AOD al país de origen dada la costumbre, incluso en los organismos multilaterales, de ser los donantes los ejecutores de los mismos proyectos financiados, el retorno de lo “regalado” es mayor.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR AOD?
Es la ayuda financiera y técnica acordada por el sector público de un país del Norte con el objeto de promover el desarrollo en el Sur. Las Naciones Unidas han recomendado que los países del Norte destinen el 0,7% de su PIB a la AOD, pero pocos países cumplen esta recomendación. La ayuda puede canalizarse a través de organizaciones internacionales o supraestatales (Unión Europea, Naciones Unidas), en este caso se llama ayuda multilateral. O directamente entre Estados, es la ayuda bilateral; en este caso, normalmente se trata de donaciones, o de préstamos con condiciones financieras más favorables que las del mercado. También hay ayuda descentralizada, canalizada a través de otros actores (Gobiernos locales, ONG, empresas, etc.). Según el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la ayuda tiene que cumplir tres características: tener un cierto grado de concesionalidad, ser de origen oficial y tener el desarrollo como objetivo. El CAD es la institución de concertación de países donantes de ayuda internacional.
LA AOD ESPAÑOLA EN COMPARACIÓN CON EL RESTO DE PAÍSES DE LA OCDE
El 3 de diciembre de 1991 el Estado español se convirtió en el vigésimo miembro del CAD A partir del informe de seguimiento PACI 2007 se puede hacer una comparación de la AOD con respecto a los otros países de su entorno.
Como refleja el cuadro nº 1, España es el primer Estado en cuanto a aumento de porcentaje respecto al 2006, seguido muy de cerca de Alemania y otros países. Veamos la diferencia en cuanto a la calidad de la AOD de estos Estados.
Según lo defendido por Dani Gómez-Olivé en lo referente a una reforma de la AOD española en el punto 3 reclama:
Proceder a la eliminación de la ayuda ligada en la cooperación española, en línea con lo que se viene haciendo en Alemania, Francia, Irlanda, Noruega, Reino Unido y Suiza. Así se estaría actuando tal y como vienen reclamando diferentes instituciones internacionales. Entendemos la AOD como un instrumento de redistribución de la riqueza y de restitución histórica. Por esto, defendemos que toda la AOD debe ser en forma de donación desligada de los intereses comerciales del donante. Asimismo, vemos la necesidad de establecer limitaciones positivas a las donaciones.
Es decir, uno de los límites que tiene la AOD española es su condicionalidad, la necesidad de que sea ayuda ligada permite, como se ha apuntado anteriormente, que existan sobreprecios, soborno y se inhiba la posibilidad de desarrollo del entramado económico del país receptor. En este sentido, al hacer una donación ligada se perpetúa una desigualdad que, a juicio de la mayoría de entidades que trabajan en cooperación para el desarrollo, amplía la deuda histórica que mantienen los Estados del Norte con la población de los países empobrecidos.
Por otro lado, como se defiende en el punto anteriormente mencionado, existe la posibilidad de que estas donaciones no se condicionen a la compra de bienes o pagos de servicios españoles sino con la condición (con la cautela que requiere esta palabra) de que se adopten medidas que promuevan la consecución del ejercicio de los derechos humanos, u otras en la misma línea y que sean propuestas por el país receptor de la ayuda, dando así margen a la autonomía necesaria en lo que se refiere a la propia autogestión.
Otro de los requerimientos referidos en dicho artículo y que defiende el Observatorio de la Deuda en la Globalización sería el de actuar en la línea de realizar evaluaciones ex ante y ex post de los proyectos tal y como ya lo hacen países como Alemania, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Italia y Suiza. En la misma línea es imprescindible que la política de AOD sea gestionada desde el “Ministerio de Asuntos Exteriores para que certifique que los proyectos elegidos lo son dado que cumplen los criterios de sostenibilidad y desarrollo aprobados en sus respectivos planes de Cooperación al Desarrollo, tal y como ya sucede a Alemania, Gran Bretaña e Italia y también, en parte, en Bélgica y Francia” (op. cit.).
Entre las demandas expresadas hay una que puede ser perfectamente adoptada ya que en el seno de países de la OCDE algunos Estados ya la ejecutan como es el hecho de “apostar definitivamente por las donaciones”. Quienes siguen esta línea son “Australia, Grecia, Irlanda, Luxemburgo y Nueva Zelanda. Más recientemente, también se han decidido a ello Austria, Canadá, Dinamarca y Países Bajos. Asimismo, parece que esta es la línea emprendida por Bélgica y, en parte, también por Suiza”, tal como afirma Dani Gómez- Olivé en su artículo.
AOD Y EMPRESARIADO ESPAÑOL: MATRIMONIO DE CONVENIENCIA
Como se ha visto, bajo el paraguas del Estado español y a partir de su Plan estratégico se observan carencias profundas en cuanto al imperativo que, de acuerdo al consenso social, debe guiar estas políticas: el aumento de bienestar de los países empobrecidos. Así, no se puede hablar de AOD española (también crediticio) realiza la tarea de financiar lo que el gobierno español considere oportuno de acuerdo a sus intereses económicos, entre los cuáles se debe hacer mención a la internacionalización de las empresas españolas. sin hacer un análisis de un instrumento con la que se aplica, los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD). Este instrumento (también crediticio) realiza la tarea de financiar lo que le gobierno esàñol considere oportuno de acuerdo a sus intereses económicos, entre los cuales se debe hacer mención a la internacionalización de las empresas españolas.